En esta reseña del álbum, la escritora Steffanee Wang analiza el cuarto álbum de Camila Cabello, C,XOXO, y lo que dice sobre dónde está Cabello ahora y hacia dónde se dirige.
En 2021, Camila Cabello puso su casa en las colinas de Hollywood en venta. Fue el cierre de su capítulo en Los Ángeles, coincidiendo con el final de su relación con su novio de mucho tiempo Shawn Mendes. Pero a la larga, fue probablemente el comienzo de otro; pasaba más tiempo en su ciudad natal de Miami, cuyo resultado daría forma a su nuevo cuarto álbum de estudio C,XOXO. A principios de este año, emergió, declarando que la Camila morena, Cenicienta de la radio, estaba muerta y una nueva chica —rubia, caótica y lista para la fiesta— la había reemplazado. Se estaba rebrandeando, ella dijo, y esta era la verdadera ella.
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Cómo el nuevo grupo de chicas KATSEYE creció desde el sueño hasta su debut.Por supuesto, mucho se ha dicho ya sobre esta «verdadera» Cabello. Desde el momento en que reveló su cabellera blanqueada y los fragmentos atronadores del primer sencillo del álbum «I Luv It», los fanáticos (y observadores casuales) la acusaron de copiar las visiones de chicas cool de estrellas pop poco convencionales como Charli XCX. Pero la realidad de C,XOXO es más confusa y extraña que una mera imitación. Con su tesis de tres puntos de finalmente revelar la auténtica Camila, ser un Miami de carta de amor, y ofrecerle la oportunidad de construir «un mundo», es un proyecto demasiado ambicioso que más a menudo que no se interfiere a sí mismo.
Según Cabello, C,XOXO está ambientado en el 305 —famoso código de área original de Miami— aunque sería difícil ver eso en sus créditos. Es producido ejecutivamente por el productor español El Guincho (conocido por su impecable trabajo en Motomami de Rosalía, otra reinvención de estrella pop) y el productor de Los Ángeles Jasper Harris (Doja Cat, Kendrick Lamar), y convoca a una serie de voces globales de Atlanta, Los Ángeles, Londres y más para ayudar a construir su «vibración de energía mala». Todo eso, por supuesto, está bien y a la altura de un álbum de sello importante tratando de competir con la naturaleza competitiva de lanzar música pop en la actualidad. Pero es extraño que para un álbum que sirve como una especie de reintroducción, ceda tanto a voces que no son suyas.
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La nueva canción de Indy Yelich es para las chicas que amaron a Carrie/Big a pesar de la toxicidad.Algunas colaboraciones tienen sentido, como traer a las mayores animadoras de energía de Miami, City Girls. Pero «Dade County Dreaming», un rompedor de bajos que comienza como un gran momento de club con versos de JT y Yung Miami, inexplicablemente se desvanece en una meditación triste y silenciada que en última instancia se siente como un mal uso de sus talentos. Es una extraña elección creativa, una cualidad que aqueja a la mayoría de las colaboraciones del álbum. Un desconcertante interludio del rapero judío BLP Kosher, el otro artista de Miami en el álbum, no es más que una carta de admiración de 46 segundos a Cabello, sin decir mucho sobre él o la estrella pop. El insignificante interludio de PinkPantheress pasa sin que siquiera te des cuenta de su presencia.
Towa Bird es un nuevo tipo de héroe estadounidense: honesto, directo y «gay como el demonio».
