SALUD Cuidados

Alerta papás: claves de los trastornos alimentarios

Los TCA no diferencian edad, género ni nivel socioeconómico. Afectan también al entorno familiar y social que rodea al paciente.

martes, 1 de diciembre de 2020

Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (Anorexia Nerviosa, Bulimia Nerviosa, Trastornos de la Conducta Alimentaria No Especificados y el Trastorno por Atracones) caracterizan, junto con las epidemias de obesidad y diabetes tipo II, al comienzo del nuevo siglo.

No es clara la etiología de estos cuadros pero sí se sabe que sus repercusiones involucran muchos aspectos: determinan cambios conductuales, provocan un deterioro emocional, producen cambios en las relaciones interpersonales, originan disturbios acerca de la propia imagen corporal y ocasionan alteraciones a nivel psiconeuroendócrino, además de repercusiones clínicas, como por ejemplo, desajustes hidroelectrolíticos y osteoporosis definitiva.

La Anorexia Nerviosa es el cuadro más letal de la Psiquiatría, siendo justamente ésta la razón más importante por la que hay que abordar este tema en su adecuado contexto histórico, social y cultural.

En el Día Internacional de la lucha contra los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA), el Servicio de Psiquiatría, conjuntamente con la sección Hospital de Día de Trastornos de la Conducta Alimentaria, nos explica los tipos de TCA, sus signos de alerta, tratamiento y todo lo que tenemos que conocer sobre estos trastornos.

La Dra. Bárbara Castro, Jefa del Servicio de Psiquiatría del Hospital Rawson, destaca la importancia del trabajo del equipo interdisciplinario del Servicio (Psicólogos, Psiquiatras, Enfermería, Terapistas Ocupacionales, Nutricionistas, Acompañante Terapéutico y Educación Física), considerando que es el mejor camino para ayudar a las personas que padecen estos trastornos, junto con su entorno.

¿A cuántas personas afecta el Trastorno de la Conducta Alimentaria?

Anorexia Nerviosa Restrictiva Anorexia Nerviosa compulsiva- purgativa Bulimia Nerviosa Trastorno por Atracones Trastornos alimentarios no especificados
Prevalencia 0,4% 0,6% 0,3% 2,8% 0,4%

La proporción hombre /mujer es de 1/9.

La edad de inicio se da entre los 15 a 17años de edad. Un comienzo posterior a los 20 años es extraño, salvo para el Trastorno por Atracones, que puede comenzar entre los 20 a 30 años.

¿Qué causa estos trastornos? ¿Se pueden prevenir?

Tengamos en cuenta que para enfermar de algo se tiene que tener una vulnerabilidad biológica y se debe asentar un desencadenante ambiental que determine entonces que aparezca la enfermedad.

Se conoce que los familiares de primer grado de una paciente tienen un riesgo estadístico más elevado que la población general. La concordancia entre hermanas es alta, y muy alta en gemelas monocigotas.

Las conductas dietantes, que se definen como aquellas conductas alimentarias restrictivas tendientes a la pérdida de peso (por ejemplo ayunos prolongados o reducción de la ingesta de alimentos con alto contenido calórico), son casi una norma como factor desencadenante y es la conducta de riesgo más importante.

Las redes sociales son grandes disparadores: aquellas personas que son vulnerables a desarrollar patologías alimentarias se ven atraídas por soluciones mágicas, donde hay alimentos prohibidos (“engordantes”), promoviendo hábitos no saludables y aumentando el riesgo de desencadenar un desorden alimentario.

Consideremos que más del 95% de las pacientes inicia su cuadro con restricción dietética (una dieta), habitualmente originada en crítica de pares y/o familiares o en imitación de conductas dietantes, también originadas en pares y/o familiares.

Atención, entonces con las dietas que realizan las adolescentes.

Son diagnósticos psiquiátricos, alteran la conducta alimentaria (preocupación excesiva de la imagen corporal, distorsión de la imagen corporal y/o temor a subir de peso).

¿Cuáles son los signos de alerta para familiares y amigos?

Los más habituales son los cambios en los hábitos alimentarios; cambios en el estado de ánimo; mayor aislamiento social; conductas tendientes a evitar comer en compañía o concurrir al baño después de las comidas; el ejercicio físico desmedido.

¿Cuál es el consejo a familiares y a la sociedad si conocen un paciente con TCA?

Hablar con la persona sobre lo que se está observando, ya que a estos pacientes les cuesta mucho hablar, contar lo que les sucede, poner en palabras muchas cosas. Y cuando la persona no habla, lo hace el cuerpo, ya sea con exceso de peso o desnutrición, a través de métodos compensatorios (vómitos, exceso de actividad física, etc), con las obsesiones y con cualquier otro síntoma. Concurrir a consulta, el diagnóstico y tratamiento temprano mejoran el pronóstico.

¿Cómo es el tratamiento?

Los objetivos generales son:

  • Establecer y afianzar la alianza terapéutica
  • Coordinar los cuidados de manera interdisciplinaria (medico clínico, Lic. En Nutrición, Lic. en Psicología, Médico Psiquiatra, Lic. En Enfermería especializada en Salud Mental, Lic. en Terapia Ocupacional, Acompañante Terapéutico)
  • Constatar y monitorear:
  • Los síntomas y conductas alimentarias; el objetivo nutricional es lograr hábitos alimentarios saludables, sin la necesidad de eliminar ningún alimento de la alimentación, estableciendo cantidades y frecuencia de consumo.
  • La condición médica general de la paciente.
  • El estado psiquiátrico de la paciente y su seguridad.
  • Proveer asesoramiento familiar y sugerir tratamiento de ser necesario

Hay tres tiempos terapéuticos:

1) Inicial o evaluativo

2) Intermedio o sintomático

3) Final o evolutivo o particular

La resolución sintomática es indispensable, el tratamiento de fondo es psicoterapéutico.

Son tratamientos que duran aproximadamente entre 2 a 3 años.

¿Cómo es el trabajo del Servicio de Psiquiatría y el Hospital de Día?

Se realizan entrevistas de admisión por turno programado en turno matutino.

Se brinda atención en consultorios externos y hospital de día.

¿Si una persona o familiar tiene síntomas, dónde puede consultar en el Hospital Rawson?

En el Servicio de Psiquiatría, de lunes a viernes de 07.30 a 13.00 horas. Ubicación: 1°Piso, ala sur, Edificio de calle General Paz.

Trastornos de la Conducta Alimentaria y pandemia

Para los pacientes fue un retroceso en el tratamiento, por lo que en un primer momento se los trató de contener con la ayuda de los grupos de contención (a través grupos de whats app, llamadas telefónicas), y posteriormente con la atención por consultorio externo. Desde lo nutricional se reforzó la organización, manteniendo el orden en las comidas a través de horarios y cantidades, con pautas alimentarias específicas, promoviendo la actividad física (dependiendo de cada paciente) en casa o al aire libre.

Todos y cada uno de nosotros ha tenido este año una relación particular con la comida. En tiempos de aislamiento hemos cocinado máshemos comido más y realizado todo tipo de masas y panes, será por el olor a hogar, por lo ancestral, por la común – unión. Lo cierto es que comer es un acto biológico pero también social, comemos no sólo por hambre, sino por aquello que nos gusta.

Cuando hablamos de trastornos alimentarios hacemos referencia al trastorno de la CONDUCTA alimentaria: ésta se restringe al límite de no probar bocado o se distorsiona al extremo de comer hasta más no poder y luego vaciarse, o todo junto, alternando uno y otro.

La conducta alterada en relación a la comida va acompañada de pensamientos y sentimientos de ineficacia, descontrol, fracaso, tristeza, depresión, ansiedad y aislamiento y llega a poner en riesgo la integridad desde lo físico y psíquico.

Junto al trastorno alimentario aparece asociado el trastorno de la imagen corporal. Esto es que la persona evalúa su cuerpo y su autoestima en relación a su peso y silueta, los cuales le generan preocupación e insatisfacción en forma permanente.

La persona compara su cuerpo con el de otras personas y se impone objetivos irreales e inalcanzables respecto de su propio cuerpo. Así realiza todo tipo de conductas poco saludables para llegar a un peso y forma corporal idealizada.

Con el COVID -19 nuestros adolescentes vienen sufriendo las consecuencias del aislamiento físico y social. Parte de ello ha sido paliado por los contactos virtuales, que aportan el beneficio de mantener lazos con los amigos, como también el riesgo de búsqueda de modelos a seguir sin cuestionamientos, los llamados influencers, las páginas que premian a quienes adelgazan más kilos en una semana y que dicen cómo esconder síntomas para que nadie del entorno se dé cuenta del trastorno alimentario. En pandemia hemos pasado muchas más horas frente a pantallas. Utilicémoslas para interacciones sociales positivas que nos permitan sentirnos conectados con gente próxima y real, en horarios adecuados, ya que las alteraciones del sueño afectan a nuestro metabolismo y nuestro cerebro.