CULTURA Historias

Entre presidentes y colonias de verano para niños

La Quinta de Olivos tiene más de 100 años. Fue escenario de decisiones políticas que cambiaron el rumbo del país. Pero también tuvo un rol social al transformarse en sede de diversión de los niños más carenciados.

martes, 17 de noviembre de 2020

Foto (Dos niños que participaron de las colonias en 1933, aprovechan el tiempo libre para escribir a sus familias. La foto pertenece al Archivo General de la Nación Argentina)

Un soltero adinerado donó la propiedad al Gobierno Nacional, sin imaginar los múltiples usos que se le dio. Así, la Quinta de Olivos, residencia de los presidentes agentinos, fue escenario de decisiones políticas, pero también de albergue para que los niños más carenciados tuvieran su distracción.

Carlos Villate Olaguer donó, testamento mediante, esta propiedad al gobierno nacional con la condición de ser utilizada como casa de veraneo de los presidentes argentinos. Entonces era presidente Hipólito Yrigoyen, quien aceptó la donación un 30 de septiembre de 1918. Esto es a pesar de que nunca la visitó. Los siguientes presidentes, Alvear y Uriburu, la usaron esporádicamente. Pero quien la usó realmente para su fin fue ) fue Agustín Pedro Justo, presidente argentino entre 1932 y 1938.

Además de hermosearla le asignó un rol social. Allí debía funcionar la mejor colonia destinada a atender a niños necesitados. Se llamó «Colonia de Vacaciones para Niños Débiles Gral. José Francisco de San Martín».

 A partir de 1955 se transformó en la residencia permanente de los mandatarios.