La realidad es que algunos padres y madres pueden llegar a sentir cierto sentimiento de culpa cuando nuestros hijos ponen de manifiesto su aburrimiento. Piensan que quizá no les están dedicando suficiente tiempo o atención y que la mejor forma de ayudarles será proponerles hacer algo y evitar así el malestar que el aburrimiento está provocando en nuestros hijos. Sin embargo, las recomendaciones los psicólogos infantiles indican que es beneficioso vivan momentos en los que se aburran y desarrollen un aburrimiento sano y positivo. Entonces, ¿qué debemos hacer ante estas situaciones?
Sentirse culpable es inútil en estos casos. No hay que obligarse a estar con nuestros hijos para recuperar el tiempo que no le hemos podido dedicarles. Lo importante es que el niño pueda jugar en presencia del adulto, sin que lo interrumpan, que pueda comunicarse con su padre o su madre durante sus juegos. El niñonecesita ser escuchado. Por otro lado, hay que estar atentos: un aburrimiento intenso y constantepuede ser síntoma de un comportamiento depresivo. Un niño que no sabe jugar y que manifiesta continuamente su aburrimiento es un niño que no está bien. En este caso, es esencial identificar este cambio en su comportamiento habitual e intentar descubrir el por qué.