No fue una tarde cualquiera y la merienda se transformó en una fiesta. Fue porque de sorpresa, el grupo Omega llegó hasta Caucete para visitar a los chicos que van cada día hasta el comedor comunitario.
La fiesta se armó en el Lote Hogar 37, de Caucete y los músicos, llenos de solidaridad, causaron una conmoción. Cantaron y jugaron y por algunas horas les hicieron olvidar de todas las carencias porque lo que sobró fue la alegría.